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Ahora dependen de Palmeiras

  • Gaspar Roulet
  • 3 may 2018
  • 2 Min. de lectura

Boca no pudo derrotar a Junior en un partido olvidable y sigue en peligro su clasificación. El cotejo terminó 1-1, ambos goles de Ruiz. Ahora, los colombianos no deben ganar en Brasil y el "Xeneize" debe vencer si o si a Alianza Lima.


El partido fue para el olvido, Boca empezó mejor, pero se fue diluyendo con el tiempo. Un remate aislado de Tévez es la única jugada destacable del "Xeneize" en todo el primer tiempo. Los colombianos, por su parte, tuvieron aproximaciones leves, pero ninguna con peligro real.


Pero el tan cuestionado árbitro ecuatoriano sancionó un penal que no fue en favor de los locales. Barrios, en posición defensiva, marcó a Piedrahita cometiendole una supuesta falta. El encargado de patear fue Ruiz, que remató hacia la izquierda de Rossi. El arquero "Xeneize" logró desviarla, pero la pelota rebotó en el palo y le quedó servida nuevamente a Ruiz, que la mandó al fondo del arco. Así, el partido se ponía 1-0 en 33 minutos de juego y Boca estaba matemáticamente eliminado. 


Luego, a Boca le anularían un gol por una falta en ataque de Magallán, que no se mostró para nada seguro en todo el primer tiempo.


Continuando con un partido que costaba ver, el segundo tiempo comenzó igual. Muchas faltas, varios offside y Teófilo Gutierrez haciendo lo que mejor sabe, sacar de los cabales a los jugadores rivales, tanto con su juego como con sus palabras. El colombiano ex River era el conductor de su equipo, que al igual que Boca, no hacía pie.


Pero todo cambiaría a los 51 minutos. El árbitro cobró un tiro libre polémico para que Pavón la meta al centro del area y sea desviado por Ruiz. El jugador colombiano la terminó metiendo de cabeza en su propio arco. Boca volvía a vivir.


Luego, el partido seguiría mal. Teófilo casi mete un gol en un offside no sancionado, los jugadores de Boca no ganaban de cabeza, el fútbol falto en Colombia. 


Para colmo, Barrios, que había sido figura de Boca, se retiró lesionado y en su lugar ingresó Sebastián Pérez. El recién ingresado alternaría buenas y malas. Pero primero, Rossi casi se vuelve a perjudicar solo. En un pase atrás, la quiso despejar y le pegó produciendo un efecto que  desafió las leyes de la física. El impacto fue hacia adelante, pero la pelota salió hacia atrás, hacia su propio arco. Por suerte (tanto para él como para Boca), reaccionó rápido y la despejó como pudo de espalda. 


Luego, ya casi al final del partido, Sebastián Pérez dio un pase atrás de esos que si alguna vez jugaste al fútbol sabés que no tenés que dar y complicó a todos. El envío fue corto y Teófilo se fue sólo con el balón dominado. Por suerte, Magallán se activó, salió disparado y de un hombrazo derribó al colombiano, quitándole la pelota limpiamente. 


Así terminó el partido, con errores, con muy pocos tiros al arco y con la gente queriendo, desde los diez minutos del primer tiempo, que se termine. 


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