Gladiadores históricos, Culés humillados
- Gaspar Roulet
- 10 abr 2018
- 3 Min. de lectura
Roma eliminó de manera histórica a Barcelona luego de golearlo 3-0. Los romanos habían caído 4-1 en españa y la serie parecía liquidada, pero no está muerto quien pelea. Así, los italianos ya están en semifinales de la Champions League.
Como guerreros salieron a la cancha. Sedientos de gloria y sin nada que perder, los once jugadores de Roma demostraron que lo último que se pierde es la esperanza y que nada es imposible. Remontarle un 4-1 al Barcelona no es algo que pueda hacer cualquier equipo, por eso estos futbolistas pasarán a la historia.
Los "Culés" intentaron en los primeros cinco minutos, tiros de Messi, Iniesta, Sergi Roberto... todo pintaba para otra goleada blaugrana, pero nadie sospechaba lo que pasaría. En la primera del conjunto italiano, De Rossi asistiría a Dzeko, quien remataría con pierna izquierda para que la pelota ingrese por el lado derecho del arco, decretando el 1-0, el comienzo de una épica que aún nadie imaginaba.
Después del gol, el partido tomó un giro inesperado. Se trabó en la mitad de la cancha y las faltas comenzaron a reinar. Los equipos se detenían mutuamente a base de infracciones, Barcelona lo hacía por impotencia por no poder tener la posesión del balón, la Roma lo hacía porque sabía que un gol "Blaugrana" podía ser letal en su lucha.
Pero, poco a poco, la cancha se iría inclinando. Dzeko comenzaba a aparecer en el área, Kolarov estaba cada vez más tirado en ataque, Nainggolan aparecía esporádicamente. Así concluyó la primera parte, con muchas faltas, una Roma que se tornaba cada vez más peligrosa, un Barcelona que no hacía pie y el marcador 1-0 con aquel lejano gol de Dzeko.
El segundo tiempo comenzó igual que como concluyó el primero, plagado de infracciones. Una de tantas esas fue la clave, Piqué derribó a Dzeko dentro del área y el árbitro no dudó en cobrar penal. El encargado de patearlo fue De Rossi, que con pierna derecha decretó el 2-0 y dejó a los romanos más cerca de la hazaña.
Se veía el miedo en la cara de los futbolistas de Barcelona, solamente un gol les bastaba para que los romanos tuvieran que convertir dos más de manera obligatoria, pero también recibir el 3-0 significaría una eliminación histórica. Con todo esto ocupando la mente de los jugadores blaugranas, la pelota circulaba a su alrededor y no sabían como detenerla. Strootman intentaba, Nainggolan hacía lo propio y De Rossi tuvo el gol, pero lo desaprovechó.
En el minuto 73 la idea del técnico del conjunto romano quedaría clara. La joven promesa del club, Cengiz Under, ingresaría por Schick, delantero por delantero, el todo por el todo. Un minuto después ya remataría por primera vez al arco, aunque desviado. Al poco tiempo ingresaría El Shaarawy en lugar de Nainggolan y ,siguiendo los pasos de su compañero previamente ingresado (Under), remataría al arco en la primera pelota que tuvo.
Faltaban menos de diez minutos para que el partido finalizara, pero no todo estaba dicho. Umtiti enviaría un balón al corner en lo que fue una de las tantas aproximaciones del local. Under sería el encargado de mandar la pelota hacia el área, y lo hizo con la fortuna de que esta fuese conectada por Manolas, que cabeceó desde la derecha hacia el palo izquierdo del arquero, poniendo así el 3-0 y enmudeciendo a propios y extraños.
Barcelona no reaccionó, Messi fue el único que intentó sostener a un equipo que estaba en shock pero, a veces, la magia de la "Pulga" no es suficiente. El silbatazo final retumbó en el estadio y quizás por primera vez desde que salieron a la cancha, los jugadores del conjunto español se dieron cuenta de que no enfrentaban a un equipo, sino a unos gladiadores.
El resumen del partido:
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