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Con él o nada

  • Foto del escritor: Facundo Scorzetti
    Facundo Scorzetti
  • 29 mar 2018
  • 4 Min. de lectura

Nota de opinión | Tras la humillante derrota ante España, quedó demostrado, una vez más, que en los partidos importantes el equipo no funciona sin Messi. La Copa del Mundo es posible con el 10, no sin él.

Estas líneas que paso a escribir no son nada fácil de reproducir. Muchos seguramente lo piensan pero pocos periodistas se animan a decirlo. Que la Selección depende de Messi, eso, lamentablemente, ya lo sabemos todos. Muchos quieren ver a Argentina jugar bien sin el 10, lo cual es algo totalmente lógico. Sin embargo, son reiteradas las ocasiones que vimos decepcionar a la Selección sin la presencia del mejor jugador del mundo.


El partido frente a Italia dejó cosas positivas. Se trataba de la Selección jugando sin Messi, probando variantes y ganando. Pero, ¿contra quién jugaba? Contra una Selección muy grande por su historia, pero golpeada en la actualidad. Todos respetamos a Italia por lo que representa históricamente, de hecho en el 2006 fue campeón mundial. Sin embargo, justamente luego de esa edición se quedó eliminada en primera ronda en 2010 y 2014. Como si eso fuera poco, los italianos no lograron clasificarse para este Mundial que se avecina, ya que perdieron en la repesca ante Suecia. 


Es decir, todos respetamos a Italia, pero no por su actualidad, sino por su historia. Argentina jugó ante una Selección que comienza a transitar un proceso de reorganización luego de un fracaso rotundo. En ese partido a nuestra Selección no le sobró nada. Si bien se vieron destellos de buen juego, y sin Messi, Argentina recién pudo convertir a 15 minutos del final. Más allá de que jugamos ante una Selección que no clasificó al Mundial, el análisis del partido fue positivo.


Fue ante España cuando se vio lo que teníamos que ver. Fue ante una Selección clasificada al Mundial, y una potencia futbolística, cuando se vio el rendimiento que todos tenemos que ver: El del equipo cuando se enfrenta a situaciones decisivas. El encuentro ante los campeones en 2010 era la prueba de fuego para ver cómo podía jugar este equipo ante una selección de nivel, y la ausencia de Messi fue el condimento extra, para así ver como lo hacían sin el jugador más importante. Ante España era la oportunidad para que demuestren que no son "Messi dependientes". Y perdieron 6-1.


No crean que me es fácil decir esto, pero creo que ya es hora de enfrentarlo: No es posible el éxito sin Messi. Al menos no hoy, no aquí y ahora. Ganar la Copa del mundo es probable, claro que sí, pero necesariamente con Messi en el equipo y siendo el eje principal. Es cierto que hay muy buenos jugadores, que juegan a un gran nivel en los mejores equipos de Europa (aunque probablemente el mejor jugador contra España fue Maximiliano Meza, actualmente en Independiente, en el fútbol argentino). Sin embargo, ese grupo de buenos jugadores se viene desarrollando alrededor de un jugador, y él es el eje del equipo. Además hay un detalle: Ese jugador es el mejor del mundo.


En los últimos diez partidos en los que Messi no jugó, la Selección Argentina obtuvo cuatro triunfos, tres empates y tres derrotas. Desde el vamos, esos números no parecen ser alarmantes, pero si analizamos que de esas cuatro victorias una fue ante Singapur y otra frente a una Italia eliminada del Mundial, entonces se sobreentiende la estadística.


En los últimos días se me vino a la cabeza la duda de si Sampaoli planeó de antemano que Messi no jugara estos partidos. Muchos dirán que es una locura, pero pónganse a pensar que si el entrenador no ponía al 10 por querer probar al equipo sin él, la prensa (y la gente) iba a caerle encima si había un resultado negativo. Entonces, se ensaya una lesión (que nunca la comunicaron de forma clara) y se deja a Messi al margen para que sus compañeros tengan la oportunidad de demostrar.


Si bien pienso que la idea es positiva, y que es necesario poder jugar sin el 10, yo pienso que no es lo más importante. Lo que más debe preocupar al entrenador no es poder jugar sin Messi, sino justamente plasmar un equipo alrededor de él y hacer que funcione para él. La idea es que en los partidos decisivos no suceda lo que pasó, por ejemplo, ante Chile en la final de la Copa América 2016 en Estados Unidos, donde al capitán se lo vio sólo ante la marca de casi todo el equipo chileno y sus compañeros muy lejos.

Messi necesita al equipo, así como el equipo necesita a Messi. Así como quedó claro que el 10 no puede hacer todo sólo, también fuimos testigos de que el equipo sin él poco puede hacer. Argentina sin Messi puede jugar un partido no tan determinante, pero cuando las papas queman y el partido es decisivo, necesitan que él aparezca y sea el eje del equipo.  De hecho al Mundial nos clasificamos gracias a sus actuaciones. Cuando el equipo le respondió, él apareció y ganamos.


Ganar el Mundial es posible, claro que sí, todos tenemos la fe y la esperanza de que es así, pero es sí o sí con Messi, porque sin él no podemos tener nada. Y los demás diez jugadores no deben quedarse mirando, sino que deben jugar para él y formar en torno a él la estructura de juego que nos pueda llevar al éxito.



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