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Lluvia, patadas y empate en el clásico catalán

  • Foto del escritor: Facundo Scorzetti
    Facundo Scorzetti
  • 4 feb 2018
  • 3 Min. de lectura

Espanyol y Barcleona empataron 1-1 en un partido donde las emociones pasaron más por el clima y el roce entre los jugadores que el fútbol mismo. Messi fue al banco y entró a 30 del final. Los goles fueron de Gerard Moreno para el local y Piqué para los culés.

En el estadio de Espanyol, el local y Barcelona se enfrentaron en otra edición del clásico catalán. Lionel Messi comenzó desde el banco de suplentes, al igual que Jordi Alba, por una decisión del entrenador Valverde de preservar a jugadores claves del equipo, ante una seguidilla de partidos.


Bajo una lluvia que fue creciendo con el correr del partido, en el primer tiempo Barcelona tuvo más chances, pero no fue una superioridad abrumadora que amerite el merecimiento de triunfo. La más clara fue de Coutinho: El brasileño recortó de la izquierda hacia el medio y disparó al segundo palo, pero la pelota pegó en el travesaño. Sin embargo, el local tampoco se quedaba de brazos cruzados, en una jugada Leo Baptistao disparó desde fuera del área, pero el tiro fue a donde estaba Ter Stegen, aunque el arquero la tomó en dos tiempos por causa del agua.


Ya en la segunda mitad, con el partido 0-0, a los 58 minutos ingresó Messi. Al primer minuto ya le dieron la bienvenida: Victor Sánchez lo tiró con el cuerpo, el argentino se cayó de espaldas y patinó por el pasto mojado. En esta parte del partido Espanyol hizo más parejo el partido, y tuvo chances de gol. Umtiti fue el encargado de despejar de cabeza una jugada de gol a los 64. Esa situación sería el aviso de lo que se venía. A los 66 minutos Sergio García envió un centro perfecto para Gerard Moreno, que cabeceó al arco ante un Piqué que le dio un poco de ventaja y luego lo lamentó. El partido se ponía 1-0 para el local, un resultado que no estamos tan acostumbrados a ver en este clásico.


La alegría de Espanyol era justificada: Ganaba el clásico ante Barcelona luego de ocho años. La última vez que ocurrió fue en 2009, cuando el equipo en aquel momento dirigido por Mauricio Pochettino venció al de Pep Guardiola por 2-1, con dos goles de De La Peña.


Sin embargo, el festejo se apagaría minutos después. A los 82 minutos Messi se hacía cargo de un tiro libre en la izquierda y cerca del área. El argentino envió un centro dirigido al borde del área chica, donde Piqué, luego de forcejear con varios defensores, se posicionó allí y cabeceó al gol. El defensor de la Selección española festejó con el gesto de "silencio" hacia los hinchas de Espanyol, debido al repudio general por parte de la parcialidad local hacia el 3 de Barcelona, producto de dichos polémicos previos al partido.


Así terminó el partido, con un 1-1 que dejó más roce que fútbol, y que, teniendo en cuenta las situaciones de ambos equipos, parecería ser justo. Con este resultado, Barcelona mantuvo el invicto en la liga doméstica, y sigue como único líder con 58 puntos. Espanyol por su parte está en la 15° posición de la tabla con 25 puntos, y de hecho mira de reojo la "tabla de abajo", ya que está sólo ocho puntos por encima de Deportivo La Coruña, primer equipo en zona de descenso.



El resumen del partido:


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