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Es un Boca Monumental

  • Franco Bompadre
  • 6 nov 2017
  • 3 Min. de lectura

Boca ganó un Superclásico tremendo de la mano de Pérez y Nández y sumó su octava victoria al hilo. El Xeneize estiró la ventaja a 9 puntos del segundo y se encargó de sumarle otro cachetazo a la semana de River.


Tremendo partido se adjudicó Boca. No solo por lo que significa ganarle al rival de toda la vida sino también por lo complejo que fue el tramite para conseguirlo. En un Superclásico cargado de polémicas, el Xeneize triunfó gracias a su eficacia y estiró a 9 la ventaja sobre Talleres y a 12 sobre River. Lo sufre River, lo lamenta porque dejó pasar la chance de recuperarse tras el golpe en la Libertadores y porque quedó muy lejos de Boca.


En los primeros minutos el equipo de Guillermo se mostró muy activo y con ganas de incomodar a River con ataques punzantes. No obstante, el plan le duró poco. De a poco, River se fue acomodando y tomó el protagonismo del encuentro. Eso no se tradujo en situaciones claras pero el balón comenzaba a circular más cerca del arco de Rossi. En este marco, cuando los Millonarios parecían encaminados al primero, Fernandez pegó una patada criminal a Cardona que le valió la roja. Boca tenía un tiro libre muy peligroso y Cardona no quería dejarle la pelota a Benedetto; ese tiro libre era suyo. Con una pegada excelente, el colombiano puso al frente a Boca y dejaba a los de Gallardo con un dolor de cabeza tremendo.


Para el segundo tiempo, Gallardo metió mano: adentro un incisivo De la Cruz, afuera un irreconocible Rojas. El cambio ofensivo se notó. River iba decidido a buscar al empate mientras que Boca no sabía aprovechar la superioridad numerica. El Xeneize apostó, bien parado a atrás, a aprovechar los espacios que iba a dejar el local para intentar lastimar de contra, sobre todo vía Pavón.


El punto clave para River serían los groseros fallos de Pitana que lo salvaron de un posible 0-2 (Se decretó un offside inexistente a Nández cuando iba a encarar a Lux) y la expulsión de Cardona por un inexistente codazo a Enzo Pérez. Ahí llegaría el zapatazo tremendo de Ponzio que fue inatajable para Rossi. Nuevamente se volivó a cambiar el partido desde lo emocional: ahí, diez contra diez y 1 a 1, River parecía mas cerca de la victoria.


Pero no sería así. En una combinación entre Pavón y Pablo Pérez, este habilitaria a Nández con un centro magnífico para que el uruguayo batiera a Lux y sentenciara el 2-1. Vuelta a empezar para River que no entendía como pudo pasar ese gol. Nuevamente, Pitana (quien ha demostrado no estar a la altura de estos partidos) cometería un grosero error al impedir el 2-2 de los Millonarios sentenciando un corner que no fue (la pelota no se había ido toda por lo que el gol de Scocco era legítimo).


Boca tuvo varias oportunidades para liquidarlo pero le faltó eficacia y precisión. River atacaba con desesperación pero al frente estaba un Boca muy seguro y bien plantado que no le daba la oportunidad de conseguir el utópico empate.


Con esta derrota, a los Millonarios solo les queda la Copa Argentina como objetivo del año. Por el lado de Boca, el objetivo de terminar en lo mas alto en esta primera mitad de la Superliga sigue creciendo a base de buenas actuaciones como la de hoy en el monumental.

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