La construcción de un equipo copero
- Facundo Scorzetti
- 14 sept 2017
- 3 Min. de lectura
San Lorenzo una vez más tuvo una noche soñada en la Copa Libertadores, y dejó atrás la mala imagen que venía teniendo. Columna de opinión escrita por Facundo Scorzetti.
Pasar de perder contra Temperley de local a ganarle a Atlético Paraense en Brasil por 3 a 0. De perder con Aldosivi a ganarle al Flamengo. De empatar con Talleres dando una imagen lamentable a ganarle a Emelec en Ecuador. De hacer un papelón contra Deportivo Morón en Copa Argentina a ganarle a Lanús por 2 a 0 en la Libertadores. San Lorenzo es una verdadera caja de sorpresas, o hablando con conceptos más claros, es un equipo irregular del que nunca te podés confiar. Pero esa irregularidad parece no ser al azar: Los partidos que causan el malestar del hincha son bajo la órbita local, mientras que aquellos en los da cátedra de un equipo duro y difícil de voltear son en el ámbito continental. Y decimos continental y no Copa Libertadores, porque no nos olvidemos de que el Ciclón el año pasado llegó hasta Semifinales de la Copa Sudamericana.
Como recordamos en el principio de esta nota, San Lorenzo ha tenido partidos muy malos, durante el semestre anterior, y en este también incluso (Deportivo Morón no será difícil de olvidar). Pero las Copas parecen ser especiales para el equipo de Aguirre.
En el mundo del fútbol, el argentino sobre todo, se suele usar la expresión de "equipo copero" para decir que un Club tiene una "mística", que hace que sepa jugar las Copas. Esa mística se la asigna a equipos como Boca, Independiente, e inclusive Estudiantes. Los tres hace bastante que no tienen mucho protagonismo en el continente. ¿No será que "copero" es un plantel, y no un equipo como club históricamente construido? Queremos decir, jugadores y director técnico que construyen mutuamente un equipo difícil de vencer en el contexto internacional.
River Plate puede ser un claro ejemplo, pero no ese River histórico, el de hoy, que cuenta con jugadores acostumbrados a jugar Copas y un técnico excepcional que los comanda. Bueno, San Lorenzo cuenta con jugadores campeones de América en 2014 (Mercier y Blandi en cancha, Torrico y Romagnoli desde afuera), y con jugadores que han compartido plantel con ellos y otros consagrados que se han ido. Quizás lo que le faltaba a esos jugadores era una figura en el banco de suplentes con experiencia en el continente americano. Diego Aguirre sabe jugar Libertadores: Llegó a una final con Peñarol (perdió con Santos de Neymar), llegó a Cuartos con Atlético Mineiro, y a una Semifinal con Inter de Porto Alegre. Ahora el uruguayo está a poco de estar en otra Semifinal de Libertadores, su tercera.
Además, es imposible no caer en las comparaciones y decir que este San Lorenzo se asimila al campeón de 2014: DT y equipo cuestionados, pero que más allá de eso avanzan en la Copa Libertadores.
Este San Lorenzo de Aguirre está acostumbrado a jugar Copas continentales, y las estadísticas hablan solas: Jugó 17 partidos, y ganó 9, empató 3 y perdió 5 (63% de efectividad). Pablo Guede hace un año no logró clasificar a San Lorenzo a los Octavos de la Copa, y eso que no solamente contaba con un equipo similar, sino que también tenía a Buffarini, Ortigoza, Blanco y Cauteruccio. Bauza en 2015 tampoco pudo defender el título logrado un año atrás.
Hoy, ese San Lorenzo de Aguirre sigue en carrera en la Libertadores, y está cerca de una Semifinal. Veremos qué pasa en el partido de vuelta, pero nadie tiene derecho a quitarle la ilusión al hincha de San Lorenzo, menos si esa ilusión depende del andar de un equipo copero.
Seguir a @FacuScorzetti
Comments