Entre la persistencia y la insistencia

Leonardo Villalba
12 sept 2017
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El matador, en un baja de rendimiento notable, hoy se encuentra cuestionado. Su partido en tierras cuyanas por la Superliga y el correspondiente a la Copa Argentina donde fue eliminado, trajeron la intranquilidad a Barrio Jardín. La columna de opinión escrita por nuestro corresponsal Leonardo Villalba.

El equipo de Frank Dario Kudelka lleva ya más de 32 meses de gestación. De a momentos un equipo temerario, capaz de llevarse por delante al rival más duro de todos, ese equipo que en una escalada de tres toques o de 18 es capaz de sentenciar un encuentro, el mismo que de a momentos arremete al punto de deslumbrar una goleada a favor. Pero "El Matador", apodo adquirido en sus épocas de epopeyas nacionales y de ser el abanderado del fútbol del interior del país, se congoja ante planteamientos tácticos más cerrados, el que hace que sus jugadores apuesten contra la física y quieran llevar la pelota por lugares científicamente imposibles. El partido del pasado Domingo frente a Godoy Cruz marcó un equipo dubitativo, un equipo apurado en la misma idea de dominar, insistente a la salida por abajo, al toque pero que sus interpretes nunca supieron llevar adelante. El Tomba simplemente marcó una presión alta y Talleres no supo presentar una solución viable. Lo mismo estremeció al Albiazul en su caída por penales por Copa Argentina. En donde el empate llegó en la agonía del partido. Lo más grave de aquella derrota fue el rival, ya que su adversario pertenecía a dos categorías menores. Y sin embargo, la jerarquía y la calidad del plantel azul y blanco no se noto y mucho menos desequilibro. En el español diario utilizado hay dos conceptos tan distintos como parecidos: La persistencia y la insistencia. La persistencia construye el habito de perdurar en el tiempo cuando las cosas no salen y el mal juego es un bien preciado. Mientras que la insistencia termina siendo ese acto de tratar de asentar una idea o un resultado aunque no funcione. Talleres debe hoy proponerse persistir en su ideal de jugar bien, por el piso, a un toque, con la mira en el arco rival en vez de la insistencia de parte de su público y del fútbol con el que convivimos de ganar como sea, del pelotazo antes que el pase. Es hora de que el arte le gane a la barbarie porque aveces el fín no justifica los medios. Seguir a @LeoVillalbaokk